"Ser o no ser madre"

"Ser o no ser madre, he ahí la cuestión"

A todos nos suena esta frase pero dicha de otra manera, por supuesto.

A lo largo de la historia, desde que el gran maestro Shakespeare la escribió, se ha cambiado numerosas veces para ajustarlo a lo que nosotros queremos decir. En mi caso "ser madre".

Tengo 23 años, sí, soy muy joven sí. Bueno, depende de cómo se mire. Muchas de las madres de mis amigas a los 23 o ya tenían hijos o estaban pensando en tenerlos. Eran otros tiempos.

Hay excepciones que, a estas alturas ya los han tenido, aunque son varios casos ya que conozco, siguen siendo excepciones.

En tiempos tan difíciles en los que es imposible encontrar trabajo para los jóvenes, ya ni quiero contar el hecho de ser padres. Y menos para la mujer.

El otro día salía en las noticias que la mujer, haciendo LO MISMO que el hombre, cobraba menos. Las mismas horas, el mismo rango, el MISMO TRABAJO. Es que no hay derecho, no hay derecho.,
El noticiero también decía que la mujer tendría que trabajar "x" años más para su jubilación para ganar lo mismo que el hombre.

¿Y encima se quejan de que no nos quedamos embarazadas? España es uno de los países "más viejos" del mundo. Pues normal. Y es que es gracias a los inmigrantes que este país no se ha ido al garete con la natalidad.

La culpa no es de las parejas que no quieran tener hijos (ya ni hablemos de los que quieren adoptar, con todas las barreras burocráticas y demás) sino de la política del Gobierno.
No ponen ayudas para incentivar la natalidad, no ponen ayudas para que los padres puedan tener el permiso de la maternidad o paternidad, los pañales, los potitos, la ropa (ya ni quiero saber lo que costaría la cuna, el carrito, el del coche más los juguetes...)

Si es que sale muy caro tener hijos, sale muy caro ser madre, sale muy caro. Y a veces no compensa. Los más asá dirían que los hijos compensan cualquier cosa. Vale, sí, no digo que no, pero esa gente lo dice o bien porque tiene dinero o porque tienen familiares dispuestos a cuidarlos.

Pero a veces no compensa. ¿O sí?

Cuando ves una personita tan pequeña, con esos deditos, bostezando, riendo porque sí, dando sus primeros pasitos, lanzando todo por los aires, llevándose a la boca todo cuanto toca, hacer bromas, vestirlo como queremos, consolarlo cuando llora, besarle las "pupitas" cuando se ha caído, educarlo según tus enseñanzas, verlo crecer y hacerse a sí mismo.

Quizá ahora mismo mi instinto maternal esté más o menos a flor de piel pero a pesar de las babas, caquitas, lloros y berrinches, querré ser madre porque pocas cosas tan hermosas hay en la vida de traer al mundo (o cuidar) de alguien tan pequeño y frágil y tenerlo como tuyo.

"Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea."
P. Coelho.

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