Con los correos electrónicos en peligro de extinción para el ocio siempre es agradable que te manden esas presentaciones en power points, los cuales todavía no has visto o te pueden dejar con la boca abierta. Todavía me acuerdo hace unos 5 años atrás estaba a la orden del día que todo el mundo nos enviáramos todo por e-mail, las típicas cadenas de que si no enviabas ese texto, foto, o lo que fuera que te dijeran, estabas maldito por equis años. A día de hoy circulan por ahí comentarios del tipo: Pero a pesar de estas cadenas que no eran más que el aburrimiento de ciertas personas en el mundo plasmado en letras, había otros correos que te hacían pensar, otros reír, otros llorar, otros estremecer... A mí me han enviado de todo tipo, no te voy a engañar y, actualmente, tengo que reconocer, que como no me pasan, yo no paso. Ahora lo único que hago es ponerme en contacto con empresas o viceversa, mandar links de cosas que me han gustado y poco más la verdad
Esta es una carta publicada en el blog Tagoartwork de un becario a su director creativo. La verdad es que podría ser cualquier becario a cualquier director. Hay que leerlo. Merece la pena. Querido Director Creativo: Sé que lo que vas a leer a continuación puede levantar alguna ampolla por el camino. No es la intención, en todo caso es un daño colateral. Por eso espero que tomes esta misiva como una invitación a reflexionar y no como un ataque personal. Créeme, esta carta puede ser de todo menos personal . Tú no eres un solo director creativo, y yo no hablo en nombre de un solo becario. Si me lo permites, iré directamente al motivo principal por el que te escribo. Creo que estamos en un mundo y en una posición en la que casi nadie puede vivir con un sueldo más bajo que el mínimo durante 3 o 6 meses mientras tú te piensas si mi trabajo de becario realmente merece una remuneración o no. No todos podemos vivir de la experiencia que ganamos trabajando por amor al arte –
La vida te pone a prueba. Es una incesante prueba de obstáculos donde no puedes perder el testigo. Agujeros en los que tienes que decidir si hundirte o sobrellevarlos. Piedras, unas más duras que otras, en las que te tropiezas. Sea como fuere, de cada óbice sales más fuerte, sales más sabio. A mí me ha puesto a prueba. El otro día, precisamente, la vida me puso delante una roca, un agujero, un obstáculo. He decidido sortearlo, no hundirme, he decidido superarlo. Día a día, momento a momento. La vida ya me dirá "eh, oye niña, no tan deprisa, ¿a dónde te crees que vas? Todavía te queda mucho que caer y aprender " y yo le contestaré: "sí, pero a cada una de las pruebas a las que me sometas, te prometo que me levantaré, no sé si más fuerte, pero lo haré." A mis pocos años de madurez ya tengo claras muchas cosas. Muy simples, sí, pero hace que la vida no me vacile tanto. He aquí algunos de mis consejos: Di te quiero a tus padres o a tu fami
Comentarios
Publicar un comentario